lunes, 30 de junio de 2014

Desde la admiración

Termina Junio, mes de exámenes finales, de cierres de semestre, de soñar con las vacaciones...Y así pasó, sin pasar por aquí...

Buscando inspiración entre los diferentes conceptos que habitualmente manejamos los de RRHH, para que no se me escapase el mes sin un post que publicar, pasé del liderazgo al talento y ahí enganché con los recuerdos...

Volví a una comida que mantuve la semana pasada rodeada de talento ... Me recordé afirmando que está muy bien tanto concepto abstracto pero que esto de los RRHH va también de cosas tangibles, sencillas y básicamente de aplicar el sentido común; eso sí, con mucho esfuerzo y trabajo.

En este viaje de mi mente y al hablar de trabajo y esfuerzo me encontré por el camino con una persona. 

Vaya, ¡que extraño!...Tengo un blog sobre la gestión de personas y nunca hablé de ninguna de ellas... ¿por qué no hacerlo este mes?

La persona de la que me apetece hablaros este mes es para mí un ejemplo de autogestión impecable; es una mujer sencilla, con sentido común y que trabaja mucho. 

Es una de esas superwomans de verdad, de las que van en vaqueros y madrugan para llevar a los niños al cole; de esas que nadie sabe de dónde saca el tiempo y que además de hacer un trabajo espectacular siempre tiene una sonrisa para todo el mundo y ¡hasta un riquísimo bizcocho de chocolate casero si se tercia!

Y además...Ha encontrado su pasión profesional, ese tema que la engancha y la hace ser cada día un poco mejor. Y el cual, estoy convencida, la llevará al éxito, no a mucho tardar.

Es un ejemplo de cómo con esfuerzo, pasión y humildad consigues poner a un auditorio en pie. 

Y con este ejemplo me voy de veranito, aunque no de vacaciones. 

Como he comentado en el libro del mes, hay muchos tipos de liderazgo, y éste empieza en uno mismo. Es decisión de cada uno quedarse con el ejemplo que quiere seguir.

Yo paso de la gente tóxica del libro de Stamateas y me quedo con gente como mi ejemplo de hoy: 

Sencilla, humilde, trabajadora y que vive en excelencia.

¿Qué eliges tu?