domingo, 2 de febrero de 2014

Política, gestión por competencias y selección.

Hace unos días me quedé estupefacta al escuchar que un consejero de la Comunidad Valenciana había cambiado n veces de consejería...Oh, ¡dios mío! ¡Alguien que sabe de todo! ¡y mucho! Fíjate que ha llegado a Consejero...Debe ser especialista de casi todo; saber y saber mucho, de Sanidad, Economía, Educación, Obra Pública...¡Vaya!

Pero no funciona así. ¿Cómo es posible?

En la gestión de recursos humanos en la empresa se dedica mucho tiempo y esfuerzo a definir puestos de trabajo, competencias necesarias en relación a los mismos, y se destinan recursos, tanto para buscar y seleccionar a la persona adecuada para el puesto, como para valorar la progresión de los trabajadores en función de lo que llamamos desempeño.

¿Qué pasa con los políticos?

Por un lado están las competencias que llamamos transversales, las cuales, digamos, sirven en cualquier puesto. Hasta aquí bien. Si tiene dotes de liderazgo éstas servirán igualmente en una consejería que en otra.

Pero, ¿qué sucede con las competencias específicas?, ¿aquellas necesarias para desarrollar una función concreta?


Me acuerdo de alguien cercano que siempre me dice: "La autoridad emana de la competencia"...Y pienso: ¿Puede la competencia transversal ser eficaz sin la competencia técnica?


La competencia no nace únicamente del saber, sino de la capacidad de resolver una situación concreta. Pero el conocimiento es, junto con las habilidades y las actitudes, ingrediente indispensable de la competencia.


¿Cómo puede ser competente una persona para dirigir una consejería o ministerio de una disciplina sobre la que no tiene conocimientos teóricos o experiencia profesional?


Cuentan con asesores, consejeros, técnicos...Lo sé; pero...¿es suficiente?

Reflexionaba también sobre la selección, que en el caso de los políticos será elección. En teoría corresponde realizarla a los ciudadanos, que actuaríamos como seleccionadores ejerciendo el derecho de voto en las elecciones.
¿Contamos con datos suficientes para evaluarles y decidir si son aptos o no para el cargo al que se presentan?
¿Alguien ha visto algún programa electoral acompañado del currículum del cabeza de lista?
Me muero de risa yo solita de estar escribiendo esto. Pero, ¿es una idea tan absurda?. Quizá no...
Nuestro sistema electoral funciona con listas cerradas, por tanto ésta elección, en realidad, la asumen los propios partidos...
¿Habrá algún partido valiente capaz de profesionalizar las decisiones sobre los candidatos a presentar?
¿Qué criterios utilizan los partidos de forma interna? ¿Pasan los candidatos un proceso de selección interno que tenga en cuenta sus conocimientos?
¿Sería útil diseñar un diccionario de competencias mínimas para políticos?
Hoy, muchas preguntas y pocas respuestas.
No porque no las haya, sino porque las que pueden darse hoy no me parecen las adecuadas.



¿Cambiará en el futuro?
¿Llegará la gestión de recursos humanos a todos los sectores, incluida la política?

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